La meditación mejora la capacidad de atención y de concentración, mitiga los efectos negativos del estrés, mejora la memoria y otras funciones cognitivas, aumenta la tolerancia al dolor e incluso favorece el sistema inmunológico... Podría decirse que a la hora de hablar de los beneficios de esta práctica hemos tocado «casi todos los palos» en ABC Bienestar gracias a la ayuda de distintos expertos y psicólogos especializados, pero tras conocer las últimas investigaciones en las que ha participado el doctor en Psicología Clínica y de la Salud Miguel Bellosta Batalla parece claro que nos habíamos dejado en el tintero uno de los beneficios de la meditación más enriquecedores en un contexto tan difícil como el que nos ha tocado vivir: la capacidad para mejorar la empatía y los vínculos afectivos.
Junto a otros investigadores de la Universidad de Valencia (M. Carmen Blanco Gandía, Marta Rodríguez Arias, Luis Moya Albiol, Ausiàs Cebolla y Josefa Pérez Blasco), Bellosta ha revelado que la meditación provoca un incremento de la oxitocina salivar, una hormona relacionada con las vinculaciones afectivas y el establecimiento de la empatía. Así, los resultados de este trabajo, publicado en las revistas científicas «Stress & Health» y «Mindfulness», respaldan a nivel biológico los beneficios del «mindfulness» y la compasión sobre las relaciones sociales.
Uno de los objetivos del estudio es abogar por la inclusión de estas intervenciones en el currículum docente de los estudios de psicología clínica y de la salud y demostrar que este tipo de entrenamientos mentales son eficaces y pueden tener beneficios para la sociedad. Descubrimos las bases sobre las que se asienta esta práctica de la mano de Miguel Bellosta Batalla.
¿Cuáles son los falsos mitos que aún persisten en torno a la meditación? ¿A qué cree que se deben?
En algunos ámbitos, la meditación sigue viéndose como una especie de aspirina, una vía para relajarnos y aislarnos del sufrimiento, y en la que uno espera sentirse bien de forma inmediata. Nos hemos acostumbrado a vivir buscando soluciones fáciles y/o evitando lo que nos hace sufrir, y sin embargo, esta estrategia no suele ser sostenible en ninguno de los sentidos. La meditación supone una escucha sincera de nuestra situación y de las emociones que experimentamos, abriéndonos a ellas y aprendiendo a integrarlas como un elemento esencial de nuestras vivencias, y esto no siempre es algo agradable.
¿Puede meditar cualquier persona? ¿Por qué algunas personas aseguran que «se ponen de los nervios» cuando lo intentan?
Sí, absolutamente. La meditación es una práctica bastante sencilla, ya que básicamente consiste en atender en silencio –y con una actitud saludable- a lo que está sucediendo en nuestro interior. En ella a veces experimentamos una sensación de serenidad, aunque si estamos estresados/as o si nos encontramos viviendo alguna situación difícil, es normal que aparezcan sentimientos de ese estilo. Es importante entender que esas emociones siguen estando ahí aunque intentemos evitarlas, y que la meditación simplemente nos ayuda a ser conscientes de su aparición y a responsabilizarnos de ellas, sirviéndonos así para que no se agranden y acaben expresándose en forma de sintomatología.
¿Cuáles son las conclusiones de sus últimos estudios en torno a los beneficios de la meditación?
En nuestros últimos estudios, hemos visto una influencia beneficiosa del «mindfulness» y la compasión sobre el sistema biológico de la oxitocina. Estos resultados nos ayudan a entender mejor los efectos de la meditación en la empatía y en el establecimiento de las vinculaciones afectivas, al abordar su investigación incluyendo la vertiente biológica. Además, nos indican que los beneficios de la meditación no se limitan únicamente a la gestión saludable del estrés y el aumento del bienestar, sino que se extienden a la forma en la que nos relacionamos con la gente de nuestro alrededor.
Una vez que comenzamos a meditar, ¿cuándo se empiezan a tener los primeros beneficios?
Los beneficios de la meditación son muy variados, y su aparición no siempre se ajusta a un tiempo específico. Sin embargo, los estudios señalan que los grupos de mindfulness y compasión (cuya duración es de unos 2 meses) generan una serie de beneficios en la salud y en el bienestar físico y psicológico. Independientemente de lo anterior, ser conscientes de nuestra experiencia, y aprender a acercarnos a ella de forma saludable, ya supone un beneficio en sí mismo, al abrirnos a nuestras vivencias y actuar con mayor libertad en las situaciones a las que nos enfrentamos.
En el contexto actual de incertidumbre, ¿cómo aconsejaría a los no iniciados a aproximarse al conocimiento de la meditación?
Los audios de mindfulness y compasión son un buen acercamiento inicial para saber en qué consiste exactamente eso de la meditación. Sin embargo, es esencial acompañarlos con alguna guía que nos ayude a entender el sentido de la práctica, aumentando sus beneficios y su seguridad. Los grupos de iniciación a mindfulness y compasión son una alternativa ideal para ello, ya que abordan los elementos básicos sobre la meditación, y suponen un espacio seguro en el que elaborar el aprendizaje y superar los obstáculos y las dificultades que vayan apareciendo.
El auge que está experimentando la meditación en los últimos años ha supuesto que actualmente haya una elevada oferta, por lo que es importante asegurarse de que el grupo es impartido por un/a profesional en este ámbito.
FUENTE: ABC.ES
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