jueves, 6 de septiembre de 2012

Relaciones interpersonales en el trabajo

Introducción

Estimados alumnos, pacientes, colegas y amigos que practican Mindfulness:

Todo lo que hemos compartido en este blog sobre cómo relacionarnos con los otros y la importancia de una visión compasiva como pauta de relación, para generar paz en nosotros mismos y en nuestro entorno (con un sentido profundo de coherencia), se puede extender del ámbito personal al ámbito laboral.


El motivo de esta entrada, es exponer algunas cuestiones básicas que hacen a esa superficie conjunta entre Mindfulness & Relaciones Interpersonales en el Trabajo.

¿Practicar Mindfulness en el trabajo es posible?

La visión o el paradigma de Mindfulness es que no hay momento más importante que este momento, el momento presente. Y la forma de transitarlo es sin juzgar, sin reaccionar condicionadamente, momento a momento, con apertura e inclusión de todos los fenómenos que entren en nuestro campo sensorial (ya sea desde el mundo interno o desde el mundo externo). Por tal, si adherimos a vivir el momento presente, necesariamente debemos dedicarle un apartado especial a cómo es que podemos lograr cultivar un ser que more en tiempo presente en el ámbito laboral.

La mayoría de nosotros, pasamos mucho tiempo trabajando, y a lo mejor, justificando que tanto trabajar nos quita la posibilidad de practicar Mindfulness. No obstante, la realidad "Mindfulness" dista mucho de esa queja, ya que en cualquier momento se puede estar atento al momento presente, sin juzgar y con plena atención.

Es que pasamos tanto tiempo en el trabajo, que se hace necesario aprender a desarrollar un cerebro Mindfulness en el entorno laboral para mejorar nuestra calidad de vida, manteniendo así, el bienestar conseguido mediante el entrenamiento de práctica formal de Mindfulness.

En esta entrada, la propuesta es que mediante la observación no-reactiva de nuestras relaciones interpersonales practiquemos una consciencia plenamente atenta.

La consciencia plena en el trabajo: el estrés como obstáculo



Allí, en nuestro puesto de trabajo se dan la mayoría de interacciones cotidianas. No es ningún secreto que el trabajo puede ser estresante y reducir nuestra tolerancia al trato con personas difíciles.




Sabemos a ciencia cierta, que el estrés aumenta nuestra irritabilidad; dando como epifenómeno una mente reactiva, inquieta, agitada y con poco margen para poder llevar a cabo "una escucha atenta del otro y un lazo de relación sintónico (con armonía)". Por eso, para mejorar nuestras relaciones en el trabajo, es fundamental que primero nos observemos a nosotros mismos y comprendamos cómo el estrés afecta nuestro organismo mente-cuerpo.

Normalmente, las tendencias de nuestro tiempo es que los jefes o genentes exijan tanto a sus empleados que los mismos terminen enfermos, estresados y sintiéndose víctimas de maltrato.  Todo esto, tiene que ser observado y contemplado antes de comenzar una práctica de "Comunicación-Atenta-Con-El-Otro".

Las rutinas son una jaula, incluso las rutinas de meditación pueden resultar tediosas para muchos. Tambien en Mindfulness se proponen distintos tipos de práctica, algunas en movimiento otras en quietud, otras en silencio y otras escuchando atentamente algún sonido. Si diligentemente practicamos las distintas meditaciones que en Mindfulness Argentina y en Mindfulness Pilar proponemos, la meditación -aunque disciplinada, diaria y diligente- pasa a ser un acto de liberación y no de rutina. Vale aclarar, que si usted va a tomar la meditación como una rutina fracasará al momento de querer conectar con el momento presente. El momento presente es siempre novedoso. No hay lugar para lo rutinario.

La escucha atenta como práctica informal de Mindfulness

Como hemos comentado en apartados anteriores, hay dos tipos de práctica de meditación: Formal e Informal.

La formal es cuando nos sentamos en nuestro espacio de meditación y realizamos los ejercicios de "Escaneo Corporal", "Amor Incondicional", etc.

La informal es cuando vamos colando la capacidad de estar atento momento a momento en nuestra vida cotidiana (sin importar qué actividad estemos desarrollando, sólo con la premisa de estar atento a cualquier cosa que acontezca).

Desarrollar una escucha atenta en el ámbito laboral es un desafío que difícilmente podremos concretar exitosamente si nuestro nivel de estrés es elevado. Motivo por el cual se recomienda el ejercicio de una escucha atenta en nuestro entorno de trabajo, luego de haber trabajado primeramente nuestro nivel de estrés.

Pero, una vez que comencemos a cultivar una mente plenamente atenta, tranquila, compasiva, inclusiva y totalizadora, veremos en y por nosotros mismos el nacimiento de la necesidad de estar en armonía también en el ámbito de trabajo.

Como pauta y objeto de práctica, les estamos proponiendo en esta entrada que comiencen a practicar en sus trabajos (sea cual fuere) una escucha atenta de las personas que lo rodean y comparten el espacio físico con usted.

Si logramos cultivar una escucha atenta en nuestro entorno laboral, estaremos extendiendo los territorios de Mindfulness. Los beneficios de esto, ya esta profusamente explicado en este Blog, motivo por el cual, en vez de hablar de ellos expondremos una serie de pautas informales que le ayudarán a conectarse en el trabajo con el momento presente, sin juzgar y con consciencia plena totalizadora.

Pautas para una atención plena en el trabajo

Aceptar la interacción: en lugar de evitarla o someterse al ataque de la otra persona, acepte a la persona que tiene enfrente en vez de pensar que  es un ser molesto e insoportable.

Empatía y resonancia: Un modo de acercarse plenamente a nuestro prójimo  es metiéndonos en la piel de esa persona.



Sienta como esa persona, póngase en su lugar y pregúntese cómo se sintiría si en ese momento se hallase usted en la situación vital que
esta (o estas personas) estan viviendo

Coincidir: Descubra aquellas áreas en las que las personas puedan estar de acuerdo a coincidir en alinearse y empezar a moverse en la misma dirección. La escucha atenta le ayudará a identificar la presencia de alguna preocupación, emoción o necesidad que esté en relación con lo que la otra persona esté sintiendo. No haga cosas que no sean ciertas para parecer que empatiza y vea tan sólo si, a la luz de la situación, puede entender los sentimientos de la otra persona.

Hable en primera persona, desde la experiencia:  En este sentido, afirmaciones como "Yo también estoy preocupado por las cuestiones económicas. Andar corto de dinero también me asusta y me pone nervioso" o "Yo también, si me trataran así, me enfadaría" o "Yo también estoy decepcionado con la situación" podrían generar un ambiente de armonía, entendimiento, inclusión de problemas, respeto y amistad entre las personas que interactúen en su día a día. Advierta que cada una de estas afirmaciones empieza con un "yo". Recuerde hablar sólo de usted mismo, porque cuando creen qeu se les está culpando, las personas tienden a defenderse. Evite proyecciones y echar culpas a terceros. Es importante ser ecuánime e imparcial.

Reorientar: Aquí es donde la interacción empieza a moverse en una dirección más positiva. En tal caso, por ejemplo, podría decir "¿Qué podríamos hacer, si ambos estamos decepcionados por la situación, para mejorar?" Ahora ya no juegan en equipos diferentes, sino que forman parte del mismo equipo y trabajan juntos para encontrar la forma más adecuada de resolver la situación.

Resolver: Esto no necesariamente implica una resolución. Aunque, en este estadio, uno no sabe hacia dónde se dirige la situación, al menos está conectado y se mueven en la misma dirección. En este punto podrían empezar a explorar la que podría ser una solución de compromiso o llegar, al menos, a coincidir en el desacuerdo. Quizás podría decir: "¿No te parece que, si comiera menos veces fuera de casa, podríamos contratar una asistenta y pasar más tiempo juntos?". 

Concluimos la entrada, sugiriendo que si no hay soluciones posibles no diga cosas para agradar a las personas y simplemente ponga su energía -sin esperar nada a cambio- en escuchar y acompañar a las personas tal cual son. Muchas son las veces que más que nos digan cosas positivas o palabras de aliento, que simplemente nos escuchen, nos comprendan, nos sientan, en definitiva "que nos acompañen".







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