Mindfulness, traducido como atención plena o mente plena, es un tipo de atención intencional, totalizadora, momento a momento y sin juzgar (Kabat-Zinn, 2000).
Esta forma de estar presentes, conscientes, de todo aquello que nos ocurre, nos facilita estar más conectados con las experiencias que nos tocan vivir, más allá de si son agradables o desagradables, podemos controlarlas o no.
Mindfulness es utilizado como un entrenamiento integral mente-cuerpo que incorpora la apertura de los sentidos y la intercepción, movimientos suaves de yoga y las llamadas meditaciones formales (prácticas personales donde se practica la autoobservación, la paciencia y la aceptación de los distintos fenómenos que aparecen en la experiencia del meditador) y meditaciones informales (atención plena a distintas situaciones cotidianas como el bañarse, comer, caminar, etc).
Como entrenamiento, requiere una práctica sostenida de al menos 8 semanas (los cambios que se registran en el cerebro parecen estar asociados a este período de tiempo) y un compromiso con la asunción de lo que llamamos “un rol activo” en el cuidado de la salud.
Esta forma de estar presentes, conscientes, de todo aquello que nos ocurre, nos facilita estar más conectados con las experiencias que nos tocan vivir, más allá de si son agradables o desagradables, podemos controlarlas o no.
Mindfulness es utilizado como un entrenamiento integral mente-cuerpo que incorpora la apertura de los sentidos y la intercepción, movimientos suaves de yoga y las llamadas meditaciones formales (prácticas personales donde se practica la autoobservación, la paciencia y la aceptación de los distintos fenómenos que aparecen en la experiencia del meditador) y meditaciones informales (atención plena a distintas situaciones cotidianas como el bañarse, comer, caminar, etc).
Como entrenamiento, requiere una práctica sostenida de al menos 8 semanas (los cambios que se registran en el cerebro parecen estar asociados a este período de tiempo) y un compromiso con la asunción de lo que llamamos “un rol activo” en el cuidado de la salud.
Más empatía
Dentro de los beneficios reconocidos de Mindfulness encontramos la percepción menos reactiva del dolor severo, la habilidad para incrementar la tolerancia al dolor o al sufrimiento, la disminución del estrés, ansiedad y estados depresivos. Esta práctica mejora la adherencia a los tratamientos médicos o psicológicos, desarrolla la empatía, la paciencia y la autoobservación. Puede generar motivación para realizar cambios en la calidad de vida a través de una conexión social mayor y enriquecimiento de los vínculos. Además, se están investigando sus efectos positivos sobre el sistema inmunológico, en el sistema nervioso y en la función endócrina.
Desde sus inicios, miles de personas han practicado Mindfulness y han recibido los beneficios de este método integral, inclusive en ámbitos como el empresarial, el deportivo y las cárceles. En un mundo en el cual se está desarrollando una conciencia más amplia y comprometida con la vida, la salud y el medio ambiente, la conciencia “mindful” o plenamente atenta tiene un lugar destacado y constituye el aporte más extraordinario que cada uno de nosotros puede brindar a la sociedad.
*La nota es propiedad del Licenciado en Psicología Martín Reynoso, especializado en Mindfulness y Psicoterapia Cognitiva trabaja en INECO y Mindfulness Argentina
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