¿Estás conduciendo tú las riendas de tu propia vida? |
Consideraciones generales sobre los condicionamientos
Los surcos de nuestra automaticidad son
profundos. Algunos vienen por herencia genética; en cambio otros,
los hemos aprendido. No obstante, conocemos nuestros guiones de
memoria. En la rutina de la vida cotidiana no nos damos cuenta de lo
que estamos haciendo a menos que se presente un problema o algo que
rompa “la homeostasis inercial”. Por ejemplo, cuando cerramos un
coche con la llave adentro y tiramos los calcetines al tacho de
basura en vez de al canasto de la ropa sucia, o apagamos la luz en
vez de encenderla; nos despertamos de golpe.
El famoso psicólogo William James, cuenta una historia parecida; en la que mientras se preparaba para una cena, se desviste, se lava la cara y se mete en la cama. Dos rutinas que empiezan igual, pero que terminan luego, confundiéndolo. Lo que surge siempre que no haya consciencia plena (mindfulness) son automatismos.
Viñeta clínica
Para mencionar algo más cercano, compartiremos con todos ustedes una viñeta clínica -de la Dra. Lazar- que figura hasta que punto de profundidad pueden condicionarnos los automatismo.
“Un día, una mujer iba a cocinar un trozo de carne. Antes de ponerlo en la cazuela, cortó una pequeña rodaja. Cuando se preguntó porqué lo hizo, se detuvo. Se sintió poco turbada y dijo que lo que hacía, estaba “bien” porque así es que su madre cocinaba. O sea, que la señora, cortaba estas pequeñas puntas de carne, porque así lo había aprendido en su casa: siempre que se cocina una carne de este estilo hay que cortarle las puntas.
No obstante, ella misma sintió curiosidad, así que telefoneó a su madre para preguntarle por qué siempre cortaba la rodaja de la carne antes de cocinarla.
La respuesta de la madre fue la misma: “Porque así lo hacía mi madre”. Por último, para obtener una respuesta más útil, y quizás técnica, telefoneó a su abuela. Esta última y sin dudarlo exclamó: “Ay! Querida mía, en aquel entonces, cortaba las puntas de la carne porque era la única manera de que quepa en mi pequeña cazuela”
¿Cuál
es el costo de vivir en piloto automático? ¿Qué pasará el día
que decidamos despertarnos y tomar las riendas de la consciencia
plena (Mindfulness) de nuestras vidas? ¿Cuántas tragedias suceden
sólo por un simple momento de distracción? ¿Cuántas vidas al día
se pierden por falta de atención plena (Mindfulness)?
En definitiva, las consecuencias de la conducta irreflexiva oscilan entre lo trivial y lo catastrófico.
Entre la trivialidad y la tragedia existe una amplia gama de efectos menos evidentes pero graves de actuar sin pensar. Entre ellos, una autoimagen inhibidora, la crueldad involuntaria, la pérdida de control y el atronfiamiento de nuestras capacidades.
El famoso psicólogo William James, cuenta una historia parecida; en la que mientras se preparaba para una cena, se desviste, se lava la cara y se mete en la cama. Dos rutinas que empiezan igual, pero que terminan luego, confundiéndolo. Lo que surge siempre que no haya consciencia plena (mindfulness) son automatismos.
Viñeta clínica
Para mencionar algo más cercano, compartiremos con todos ustedes una viñeta clínica -de la Dra. Lazar- que figura hasta que punto de profundidad pueden condicionarnos los automatismo.
“Un día, una mujer iba a cocinar un trozo de carne. Antes de ponerlo en la cazuela, cortó una pequeña rodaja. Cuando se preguntó porqué lo hizo, se detuvo. Se sintió poco turbada y dijo que lo que hacía, estaba “bien” porque así es que su madre cocinaba. O sea, que la señora, cortaba estas pequeñas puntas de carne, porque así lo había aprendido en su casa: siempre que se cocina una carne de este estilo hay que cortarle las puntas.
No obstante, ella misma sintió curiosidad, así que telefoneó a su madre para preguntarle por qué siempre cortaba la rodaja de la carne antes de cocinarla.
La respuesta de la madre fue la misma: “Porque así lo hacía mi madre”. Por último, para obtener una respuesta más útil, y quizás técnica, telefoneó a su abuela. Esta última y sin dudarlo exclamó: “Ay! Querida mía, en aquel entonces, cortaba las puntas de la carne porque era la única manera de que quepa en mi pequeña cazuela”
Mindfulness te ayuda a observar y desbloquear automatismos |
En definitiva, las consecuencias de la conducta irreflexiva oscilan entre lo trivial y lo catastrófico.
Entre la trivialidad y la tragedia existe una amplia gama de efectos menos evidentes pero graves de actuar sin pensar. Entre ellos, una autoimagen inhibidora, la crueldad involuntaria, la pérdida de control y el atronfiamiento de nuestras capacidades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario