viernes, 6 de enero de 2012

Uno es más que los alimentos que come: el primer nutriente



Introducción

En la entrada anterior, hablamos sobre los 4 nutrientes.Ahora, en ésta entrega profundizaremos sobre el primero de los cuatro nutrientes, a saber: Alimentos y bebidas comestibles. Estos, son esenciales y de influencia directa sobre nuestro bienestar físico y mental. Por tal, es que resulta fundamental conocer las propiedades de los alimentos y bebidas que ingerimos; ya que muchos promueven salud y otros enfermedad. La investigación en los últimos cincuenta años sobre nutrición ha demostrado que mantener un patrón de alimentación saludable puede reducir el riesgo de graves enfermedades crónicas.






A medida que la sociedad moderna ha ido aprendiendo cada vez más acerca de lo que constituye una dieta sana, nuestro actual sistema industrial alimentario se ha ido haciendo cada vez más complejo. Ya no cultivamos nuestra propia comida, y rara vez la compramos en granjas locales o en lugares de venta de productos integrales.

Hoy en día, la mayor parte de nosotros adquiere los alimentos en supermercados que disponen de decenas de miles de productos para nuestra elección. La gran parte de esos alimentos, están sobrecargados de sal, azúcares y carbohidratos refinados muy perjudiciales para nuestra salud.

Mindfulness nos ayuda a ver más profundamente la realidad

Mindfulness ayuda a ver más allá del envoltorio para comprender cómo crecemos y dónde obtenemos nuestros alimentos. Ayuda a comer de una forma que preserve nuestro bienestar individual y planetario. Si no cuidamos de nuestro planeta, no dispondremos de luz, aire, temperatura, lluvia, agua pura y suelo fértil adecuados para hacer crecer nuestros alimentos. En lugar de ellos tendremos alimentos contaminados y malsanos que dañarán nuestro organismo, nuestra mente y nuestro mundo. Hemos de saber lo que estamos comiendo y en qué sentido nos influye.


Buda, como otros tantos grandes maestros, nos aconsejaron mantener una alimentación consciente para mantener la compasión en nuestros corazones y asegurar un buen futuro para las próximas generaciones. Enseñó que si entendemos los alimentos y bebidas que tomamos desde un punto de vista egoísta y miope, nos haremos daño, no sólo a nosotros mismos, sino también a nuestros hijos y a nuestro planeta.

La investigación en el área de la neurociencia  de la nutrición está exponiendo mucha evidencia de que gran parte del malestar de nuestra cultura, se debe -en gran incidencia- a los alimentos y bebidas que comemos.  A su vez, no sólo importa lo que comemos, sino también la forma y el orden de cómo comemos. Por tal, no es que es fundamental comer ordenada y sanamente, sino también, es fundamental comer conscientemente, con atención plena (mindfulness). En otras palabras, la alimentación mecánica conduce al aumento de peso y a las enfermedades causadas por una nutrición pobre e inconciente.

Una dieta vegana o vegetariana es compasiva para con el planeta tierra y nosotros mismos

Si observamos profundamente nuestra forma de alimentación desde una perspectiva global, veremos que la producción de carne es el enorme sumidero del planeta. El informe de Naciones Unidadas "Livestock´s long shadow", presenta una evaluación exhaustiva del impacto nocivo de la ganadería en nuestro medio ambiente, y  concluye que ese efecto es masivo y que hemos de abordarlo con urgencia. El informe estima que la cría de ganado consume el 8% del agua de nuestro planeta y contribuye poderosamente a su escasez y contaminación.



 Algunos científicos estiman que se necesita cien veces más agua para producir un kilogramo de carne que para producir un kilo de proteínas procedentes del grano. Una de las razones por las que es necesaria tanta agua para criar el ganado es que a los animales se los engorda con enormes cantidades de grano que necesita agua para crecer. En Estados Unidos, el ganado consume siete veces más grano que toda la población de ese país (lamentablemente, Argentina no posee investigación científica rigurosa como para poder hablar con datos más representativos del impacto ambiental de la producción de la ganadería). Un informe de la Agencia de Protección del Medio Ambiente, relativo a la producción de cereales en el año 2000 afirma que según la Asociación de Cultivadores de Cereales, el 80% de la producción en Estados Unidos la consume el ganado, las aves de corral y la producción pesquera en la industria doméstica y en el extranjero.

Sin embargo, irónicamente, cada día mueren más de 9.000 niños por causas relacionadas con el hambre y la desnutrición. Es doloroso comprobar que el grano y los recursos que utilizamos para criar ganado podrían utilizarse directamente para alimentar a los niños desnutridos y hambrientos del mundo.

Además, un informe de 2008 de la Fundación Benéfica Pew y la Escuela de Salud Pública de John Hopkins Bloomberm descubrió que la cría intensiva en Estados Unidos supone un gran perjuicio para la salud humana y el medio ambiente, y que mantener al ganado en esas "concentradas operaciones de alimentación animal" constituye un tratamiento inhumano. Los residuos animales contaminan el agua y el aire de las granjas, provocando enfermedades a los granjeros y a sus vecinos, así como la degradación de la tierra.

Hay problemas, pero existen soluciones


Los datos sugieren que una de las mejores formas de aliviar la presión en nuestro planeta consiste en consumir menos carne, y más alimentos vegetales, lo que redundaría en una reducción de la emisión de gases de efecto invernadero. No necesitamos ganado para que procese el alimento por nosotros. Es mucho mejor y más eficaz, tomar más vegetales y procesarlos por nosotros mismos. Tal vez a muchas personas les parezca un cambio abrumador, pero reducir la cantidad de carne y lácteos en nuestra dieta resulta muy útil para mantener un peso correcto, mejorar la salud general y contribuir con ello a la salud de nuestro planeta. Cuando aprendamos a consumir conscientemente, más verduras, cereales y legumbres de acuerdo con la atención plena/Mindfulness,  disfrutaremos de su sabor y seremos felices al saber que estamos fomentando un nuevo tipo de sociedad en la que habrá  suficientes alimentos para todos y nadie tendrá que pasar hambre.


Debemos adoptar acciones en forma urgente a nivel individual y colectivo

Muchas tradiciones búdicas, cristianas, sufis, rastafaris y otras, alientan el vegetarianismo. Aunque esta práctica está fundamentalmente basada en el deseo de fomentar la compasión hacia los animales, también ofrece beneficios para la salud.




Ahora también sabemos que al comer alimentos de origen vegetal, protegemos la tierra, y ayudamos a reducir el efecto invernadero que está causando un daño serio e irreversible. Aun cuando no podamos ser vegetarianos al cien por cien, serlo a tiempo parcial y consumir más verduras ya aporta beneficios a la salud personal y a la del planeta. Podríamos empezar comiendo alimentos de origen vegetal unos pocos días al mes, o practicar el vegetarianismo sólo en el desayuno, almuerzo o cena. Así, seremos vegetarianos en una proporción superior al 50%. Si no se siente capaz de eliminar los productos animales de su dieta ni siquiera en una comida, reducir simplemente la ración de carne y suprimir las carnes procesadas como el beicon, las salchichas, etc, reducirá el riesgo de padecer cáncer de colon y el riesgo de muerte prematura por enfermedad coronaria, cáncer u otras causas. Así, con un poco más de consciencia (Mindfulness) en su alimentación estará viviendo en el planeta y con usted mismo en una forma más amistosa.

Utilizando Mindfulness


La práctica de la atención plena (Mindfulness) puede ser utilizada para observar profundamente lo que comemos y puede facilitar estos cambios, porque comprendemos los beneficios que puede aportar al planeta y a uno mismo: un peso menor, un riesgo menor de cáncer y dolencias coronarias y más energía para las actividades que nos gustan. Somos "seres interconectados": nuestro medio ambiente y nosotros somos interdependientes. E incluso pequeños cambios por nuestra parte pueden ejercer un gran impacto si se combinan con otros. Nuestra economía de mercado está impulsada principalmente por la demanda del consumidor.





En tanto población, si un gran número de personas realiza pequeños movimientos para comer menos carne y más alimentos de origen vegetal, la industria ganadera y farmacéutica se verían limitadas, y sin lugar a dudas,  con el tiempo, los campesinos encontrarían otras cosechas para ganarse el sustento. Podemos cambiar nuestro mundo gracias a este despertar colectivo.


ESTA ENTRADA PROSIGUE EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

SEGUNDO NUTRIENTE

- Si estás interesado en saber cuáles son las fuentes bibliográficas de esta entrada o te gustaría llevar adelante un plan de alimentación Mindfulness o aprender medios para transformar tu dieta más vegetariana, escribe a mindfulnesspilar@gmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario