Mindfulness siembra semillas de consciencia cuyo retoño, es una vida mejor |
maneras: Conciencia del momento, presencia mental, atención vigilante, atención intencionada, visión cabal,
atención consciente, atención plena…, etc. Aquí utilizaremos el término "atención plena" y su versión
original inglesa "mindfulness".
Este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestras vidas, aquí y ahora, en el momento presente. Es una forma de tomar conciencia de nuestra realidad, dándonos la oportunidad de trabajar conscientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida, o con los desafíos de nuestra vida. En contraposición, una vida en la que no ponemos atención, en la que nos encontramos más preocupados por lo que ocurrió o por lo que aun no ha ocurrido, nos conduce al descuido, el olvido y la alienación, abandonándonos a las reacciones mecánicas, y a los estímulos.
La atención plena nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio interno, atendiendo de forma integral a los aspectos de la persona; cuerpo, mente y espíritu. A reconocer cualquier patrón subyacente de separación, reclusión o falta de auto estima que pueda hacerse manifiesto en nuestras sensaciones físicas, emociones o pensamientos. Practicando la atención plena desarrollamos una mayor capacidad de discernimiento y de compasión. La práctica de esta atención abre la puerta hacia nuevas alternativas, nos trae al aquí y al ahora, nos invita a vivir una vida más satisfactoria.
Los programas de reducción de estrés y terapia cognitiva basados en la atención plena enseñan la habilidad de cultivar niveles de atención y compasión más profundos, nos invitan a responsabilizarnos más por el cuidado de nuestra salud y bienestar, esto, en si, puede contribuir a la reducción del estrés físico y mental que quizás estén contribuyendo a los factores de nuestra enfermedad.
- Lic. Fernando A. de Torrijos
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