martes, 25 de octubre de 2011

Ser conscientes de las emociones

Introducción

En el siguiente texto, se procurará establecer unas posibles relaciones entre las emociones y algunas cuestiones fundamentales, del constructo teórico, que da soporte a las prácticas de Mindfulness/Atención Plena. 

Mindfulness y Emociones

Para ser más inclusivos, abiertos y compasivos con los elementos que forman nuestra vida presente, debemos tener “Atención Plena/Consciencia Plena/Mindfulness” de nuestras emociones.
La meditación Mindfulness, es una forma cabal de ponerse al tanto de qué son las emociones. Es decir, nos sirve para reconocer con mayor facilidad el degradé de emociones que a diario pasan por nuestras vidas. Mindfulness, nos pone a nosotros mismos en contacto con todo el tono emocional, y mediante un reconocimiento sincero de nuestras emociones, podremos comprender con mayor facilidad los estados emocionales de otros seres humanos, incluso comprender al resto de los animales no-humanos. Mindfulness, nos ayuda a integrar emociones difíciles, transformándolas como fuerza y motor de nuestro desarrollo personal.

Mindfulness y Empatía

Meditar sobre las emociones, aumenta nuestra capacidad empática y nuestras habilidades para poder sofisticar “La teoría de la Mente” de nuestros prójimos.
(Los que no saben qué es la teoría de la mente, o quieran reforzar el concepto pueden acceder al siguiente enlace para evacuar la duda: http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_la_mente)

Mindfulness de las Emociones y las 7 actitudes básicas de su práctica

Es pertinente, mientras se trabaja con la observación de nuestro tono emocional, no dejar de revisar “Las 7 actitudes básicas de la práctica de Mindfulness” (No juzgar, paciencia, mente de principiante, confianza, aceptación, no esforzarse y ceder).
Especialmente, no juzgar. Al no juzgar las emociones, comprenderemos que las mismas tienen un talante energético particular, el cual podremos permitir que fluya mientras lo vamos integrando a nuestra vida, cediendo con plena aceptación y confianza; observando –momento a momento- como cada emoción aunque sea parecida a una anterior, es única con detalles que la hacen irrepetible.
Con un poco de sentada y práctica formal, comprenderemos que las emociones van y vienen. Podremos fortalecernos con las emociones aflictivas mediante un compromiso de desarrollo personal, y a su vez, podremos profundizar nuestra atención en el torrente afectivo de una emoción positiva o placentera, y vivir más plena y felizmente nuestra vida cotidiana.

Mindfulness de las Emociones y Neurociencias

El circuito o sistema cerebral que se encarga de gestionar nuestras emociones es el sistema límbico. Formado por varias estructuras, este sistema límbico trabaja como un súper ordenador, que procesa nuestro tono emocional (los que quieran saber un poco más sobre los detalles del sistema límbico pueden hacerlo mediante el ingreso al siguiente enlace: http://es.wikipedia.org/wiki/Sistema_l%C3%ADmbico)
Este sistema de predominio subcortical y compartido por todos los animales mamíferos, sin entrenamiento, en líneas generales, está condicionado y limitado a responder de manera automática. En cambio, con práctica de Mindfulness, uno a medida que va observando los condicionamientos y automatismos mentales y emocionales, puede tomar una distancia de las mismas y poder simplemente estar presente en lo que está pasando, aquí y ahora, sin juzgar, momento a momento.
El equipo del Neurocientífico Richard Davidson, de la Universidad Madison-Wisconsin, demostró -gracias a la ayuda de monjes budistas- que la meditación en estados afectivos muy positivos, sin ser enfocados a nada ni nadie, el cerebro cambia y se re-organiza a sí mismo.
Estos meditadores, mostraron cambios en sus estructuras cerebrales no conocidos hasta esa fecha en la que se realizó la investigación. La misma, sacó a luz que las zonas cerebrales encargadas de procesar los estados afectivos depresivos disminuía, mientras que a su vez, la zona cerebral encargada de las emociones positivas aumentaba (Los que quieran ver el experimento y más información al respecto puede consultar el siguiente video instructivo: http://www.dailymotion.com/video/xddigw_beneficios-de-la-meditacion-matthie_school?start=36#from=embed).
Por tal, es que concluimos este apartado diciendo que la meditación Mindfulness, es saludable incluso en un nivel físico/somático plausible de ser mesurado científicamente.

Atender a nuestras emociones  

Investigaciones que relacionan los estados saludables, entre la relación mente-cuerpo, señalan que el bienestar y la sanación son optimizados si sintonizamos nuestra mente con nuestro cuerpo, y respondemos a esos estímulos con atención plena. Generalmente, no hay muchos inconvenientes físicos ni psicológicos si respondemos pertinentemente y con pleno amor,  a los mensajes que recibimos contantemente de esta unidad biológica y psicológica que nos estructura a nosotros como un todo.
Si nuestra mente, no está sintonizada con nuestras emociones, los procesos de toma de decisión no son lo suficientemente efectivos como potencialmente podrían serlo, y responderemos con condicionamientos y patrones de respuesta atávicos. Esquemas de respuesta condicionada que nos acompañan desde experiencias traumáticas pretéritas. Es por tal, que la práctica de Mindfulness en las Emociones es fundamental, para encontrar un equilibrio pleno de nuestro ser. Cuanto más escuchemos nuestras emociones y no las juzguemos, sino que las aceptemos, mejor será el goce de nosotros mismos y el resto del universo.

4 tipos de emociones

Si bien, las clasificaciones de las emociones son muchas, simplificaremos –por lo menos en un nivel inicial- en una familia de 4 emociones.
Las mismas, a saber, son: Emociones Positivas, Emociones Negativas, Emociones Mixtas y Emociones Neutras.
Con el asentamiento en la práctica, podremos observar el flujo de la energía emocional por nuestra consciencia atenta sin juzgarlas, aceptándolas e integrándolas a nuestra vida. Algo que personalmente, me resulta estimulante de la práctica de Mindfulness en las Emociones, es poder vivirlas plenamente sin reaccionar en forma condicionada; dado que de esa forma podremos encontrar en el seno de nuestra vida cotidiana una invitación a vivir libremente, pudiendo así navegar el momento presente.

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