Sobre el estudio
En un reciente estudio, realizado en el Reina Unido, se observó cómo los practicantes de meditación podían anticipar una experiencia de dolor antes de que la misma apareciera. El grupo control, estaba conformada por 15 personas sin experiencia previa en la meditación. Este grupo, iba a ser comparado con otro grupo de 12 personas budistas y no budistas, pero expertas en meditación.
En un reciente estudio, realizado en el Reina Unido, se observó cómo los practicantes de meditación podían anticipar una experiencia de dolor antes de que la misma apareciera. El grupo control, estaba conformada por 15 personas sin experiencia previa en la meditación. Este grupo, iba a ser comparado con otro grupo de 12 personas budistas y no budistas, pero expertas en meditación.
Los investigadores tuvieron dificultad para desarrollar una estimación fiable de la experiencia de la meditación de los participantes. Las dificultades, eran en relación a cuánta cantidad de horas semanales de práctica tenía cada participante. Por eso, en lugar de analizar cuántas horas semanales de práctica tenían los mismos, se miró la experiencia de vida en general, en relación con las prácticas de la meditación. Los sujetos que conformaban el grupo de meditadores, practicaron desde al menos 1 año a más de 30 años.
La experiencia del dolor
Los investigadores para inducir una sensación de ardor y dolor en los participantes utilizaron un láser. La anticipación del dolor fue creada a través de un estímulo visual que indicaba a los participantes que se verían expuestos al láser en 3 segundos. Entre las críticas que los científicos se realizaron a sí mismo, se destaca la siguiente: Debido al diseño del experimento, los investigadores sugieren que se puedo haber sobreestimado el impacto de la anticipación del dolor en la respuesta al dolor real.
Los responsables de éste experimento, además de contar con auto-informes de los participantes, los investigadores utilizaron un EEG (Electro encefalograma) para medir la expectativa de los participantes y la experiencia de dolor.
Los investigadores para inducir una sensación de ardor y dolor en los participantes utilizaron un láser. La anticipación del dolor fue creada a través de un estímulo visual que indicaba a los participantes que se verían expuestos al láser en 3 segundos. Entre las críticas que los científicos se realizaron a sí mismo, se destaca la siguiente: Debido al diseño del experimento, los investigadores sugieren que se puedo haber sobreestimado el impacto de la anticipación del dolor en la respuesta al dolor real.
Los responsables de éste experimento, además de contar con auto-informes de los participantes, los investigadores utilizaron un EEG (Electro encefalograma) para medir la expectativa de los participantes y la experiencia de dolor.
Inicialmente, los investigadores no encontraron diferencias significativas en la percepción del dolor entre los meditadores principiantes y los del grupo control. O sea, los practicantes de meditación de menos de 6 años de práctica no mostraban las mismas respuestas que los practicantes más avanzados. Estos últimos participantes, con experiencia en la meditación, mayor a 6 años, mostraron una menor respuesta desagradable a la imagen que anticipaba el dolor.
La edad no importa
Sin embargo, no hubo correlación en el grupo control entre la respuesta al dolor y la edad. Es decir, que la variable de la edad no es tan importante como los años de práctica de meditación para el manejo de experiencias dolorosas. Pero, aunque todavía la relación no está del todo clara, parece que la experiencia de la meditación puede afectar la anticipación del dolor.
La edad no importa
Sin embargo, no hubo correlación en el grupo control entre la respuesta al dolor y la edad. Es decir, que la variable de la edad no es tan importante como los años de práctica de meditación para el manejo de experiencias dolorosas. Pero, aunque todavía la relación no está del todo clara, parece que la experiencia de la meditación puede afectar la anticipación del dolor.
Sin embargo, al analizar los resultados con el EEG (electro encefalograma), emergió un patrón interesante. Los investigadores sugirieron que las personas con experiencia en la meditación eran más propensas a procesar comprensivamente y contextualizar la experiencia del dolor, antes que responder a él (al estímulo doloroso) desde una forma emocional.
Conclusiones
En resumen, los investigadores sugieren que el cultivo de la aceptación del dolor, a través de la práctica del control de la atención (es decir, a través de la práctica regular de la meditación) puede permitir a las personas mostrar mayor ecuanimidad. Y por consecuencia, en el momento de la anticipación del dolor, aceptar la misma sin sobresaltos emocionales, en forma más tranquila y ecuánime.
En éste experimento, como se señaló anteriormente, existen algunas limitaciones en relación a la evaluación del dolor. Los investigadores admitieron que había un momento difícil para poder determinar la veracidad de la evaluación del dolor. No se sabe si la anticipación del dolor condicionaba la respuesta al mismo. Además, se añadió que debido al diseño del estudio, no se puede descartar que las personas que practican la meditación son sujetos inherentemente distintos de los que sujetos que no meditan, y que en realidad, estas diferencias - en lugar de la práctica de la meditación– realemente se deban a otras cuestiones constitucionales de base. No obstante, y pese a esas incertidumbres, en las que los científicos todavía tendrán que seguir investigando, no deja de ser un hecho real que las personas con experiencia en la meditación son más propensas a procesar comprensivamente el dolor y a contextualizar la experiencia, antes que responder al estímulo doloroso desde una forma emocional y condicionada.
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