La meditación tiene efectos beneficiosos a muy corto plazo ya que ocho semanas de práctica generan cambios visibles en ciertas regiones del cerebro relacionadas a la memoria, la auto-conciencia, la compasión y el stress, concluyó una nueva investigación.
“Aunque la práctica de la meditación se asocia a una sensación de paz y relajación física, quienes la practican sostienen que también provee beneficios cognitivos y psicológicos que continúan a lo largo del día, tras finalizar la sesión”, dijo Sara Lazar, del Hospital General de Massachusetts, Estados Unidos.
La especialista agregó que su estudio demuestra que “los cambios en la estructura cerebral parecen explicar algunas de las mejoras que genera la meditación y avala que las personas no se sienten mejor simplemente porque están más relajadas”. Sus conclusiones fueron publicadas en la revista Psychiatry Research: Neuroimaging.
La meditación es una práctica milenaria no-religiosa
La meditación es una antigua técnica oriental que consiste en concentrar la atención en un pensamiento interno o punto externo, como la punta de la nariz. Los meditadores intentan mantener este foco el mayor tiempo posible, de manera que cuando lo pierden vuelven a trasladar su atención a este punto elegido. La misma, es una práctica no-religiosa. Por lo cual, no importa cuales sean tus inclinaciones espirituales o religiosas. Puedes practicar la meditación como Laico, como Cristiano o Musulmán.
Sea cual fuere tu visión del universo, la meditación cambiará tu cerebro, como el de cualquier otra ser humano.
Sobre el experimento de Lazar
Lazar trabajó con 15 participantes que tomaron clases semanales y practicaron la meditación en sus hogares durante dos meses. Los voluntarios anotaron cuanto tiempo meditaban por día y los investigadores tomaron imágenes cerebrales mediante la técnica de resonancia magnética funcional tanto de ellos como de un grupo control que no realizó ningún tipo de meditación.
En promedio, los participantes meditaron 27 minutos por día. Las imágenes cerebrales revelaron que realizar esta disciplina aumentó la densidad de la materia gris del hipocampo, una zona muy importante para el aprendizaje y la memoria. Esta misma mejora se registró en zonas cerebrales relacionadas con la auto-conciencia, la compasión, la introspección y la ansiedad.
A su vez, los voluntarios comentaron que se sentían menos estresados.
“Es fascinante ver la plasticidad del cerebro y cómo podemos, mediante la meditación, asumir un rol activo en modificar el cerebro y aumentar nuestro bienestar y calidad de vida”, dijo Britta Hölzel, la autora principal.
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