Sentir la respiración
En Mindfulness, no tratamos de pensar en la respiración, en Mindfulness, tratamos de SENTIR la respiración.
Intentamos cabalgarla sobre sus olas; como lo hace una hoja o una balsa de caucho sobre la superficie de un océano o de un lago.
Así es como uno se entrega por completo a las sensaciones de la respiración, instante, tras instante, tras instante.
Recordar
Cuando descubramos que nuestra mente se ha alejado del foco de atención elegido -como sucedera una y otra vez, independientemente de que se trata de la respiración, de tal o cual sensación corporal, de la sensación de la totalidad del cuerpo, de ver, escuchar o sentir, de la corriente del pensamiento, etc- convendrá tomar nota, sin emitir juicio ni condenas, de lo que, en ese momento pase por la mente, RECORDAR el foco original de nuestra atención -la respiración, por ejemplo- y darnos cuenta del tiempo que permanecimos desconectados de ella. Y luego, simplemente -pero con mucha compasión- seguir manteniendo la atención como veníamos haciéndolo, en el objeto que hayamos elegido para atender (por ejemplo: la respiración).
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