Las zonas azules son las que se alteran con la meditación. Yale |
Investigadores de la Universidad de Yale han observado mediante resonancias magnéticas las áreas del cerebro que se activan cuando se medita. El estudio, que se publica en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), evaluó a gente que llevaba una década meditando y la comparó con individuos menos expertos en esta práctica.
Se centraron en tres tipos distintos de meditación: la concentración -basada en la respiración y en las sensaciones que provoca en el cuerpo-; la meditación del amor/amabilidad -que consiste en evocar el sentimiento de deseo hacia alguien y utilizarlo para uno mismo y para sentirse mejor y recurre a la repetición de frases como 'Puedo ser feliz', etc-, y la de concienca sin elección -que pide centrar la atención en aquello que pase por la mente, sin tratar de cambiarlo o pensar en otra cosa-.
En todas estas modalidades, los meditadores mostraron un descenso de la actividad en la Red Neuronal por Defecto (DMN) -que se encuentra sobre todo en la corteza cingular posterior y prefrontal- en favor de la Red orientada a las tareas (TPN, en inglés), que es aquella que se pone en marcha cuando se quiere conseguir un objetivo. Además, cuando entraba en funcionamiento la DMN se activaban a la vez otras áreas que no entraban en juego en aquellos que no meditaban.
Este efecto se vio tanto durante la meditación como en los periodos de descanso, lo que para los investigadores indica que "las personas que meditan durante muchos años desarrollan una nueva red neuronal por defecto en la que hay una mayor conciencia de uno mismo y del presente y menos ensoñación".
Futuras implicaciones
"La meditación ya había mostrado sus capacidades para ayudar a dejar de fumar o a sobrellevar mejor ciertas enfermedades, pero conocer su funcionamiento en el cerebro amplia el rango de implicaciones clínicas que puede tener", admite a ELMUNDO.es Judson A. Brewer, psiquiatra y coordinador del estudio.Los autores reconocen que el trabajo tiene limitaciones. La principal es el tamaño de la muestra, ya que participaron sólo 12 personas expertas en meditación y se compararon con 13 personas no expertas. Sin embargo, consideran que ha sido útil para demostar que "la Red Neuronal por Defecto se puede alterar, lo que abre mucho las posibilidades de investigación".
A la vista de sus resultados, Brewer tiene claro el consejo que daría a sus pacientes: "que empiecen a meditar ya. Incluso con dedicarle unos minutos al día podrán comprobar sus beneficios a largo plazo".
Via: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/11/23/neurociencia/1322077281.html
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