viernes, 16 de septiembre de 2011

Enseñándole a las neuronas a meditar



En buena fe: El artículo que acabas de leer, es una mejorable traducción y adaptación hecha de un artículo publicado en Science Daily, titulado "Teaching the neurons to meditate".
Los interesados en cotejar la traducción o remitirse al artículo original, pueden hacerlo cliqueando en el siguiente enlace:
http://www.sciencedaily.com/releases/2011/07/110707173321.htm



Una experiencia inspiradora

A finales de 1990, Jane Anderson estaba trabajando como paisajista. Si bien en verano y primavera, las cosas marchaban bien, cambiaba la fortuna cuando llegaba el invierno. Jane tuvo que campechar el triste invierno de Minnesota y luchar contra el trastorno afectivo estacional (propio de esa época del año). Fue entonces, para aquel triste invierno, cuando Jane Anderson decidió probar la meditación. Jane, dijo que los cambios los sintió en el primer mes de prueba: "Mi experiencia fue una sensación de tranquilidad, y una mejora a la hora de regular mis emociones".
Su experiencia inspiró un nuevo estudio que se publicará en Psychological Science, una revista de la Association for Psychological Science. El objeto de estudio de la investigación son los cambios que se hallan en la actividad cerebral después de tan sólo cinco semanas de entrenamiento de Meditación.

Sobre la investigación

De todas maneras, como es sabido hay estudios previos que demuestran y comprueban que los monjes budistas tienen una actividad cerebral muy distinta a la de un sujeto control. Los monjes budistas, que han pasado decenas de miles de horas de meditación, tienen diferentes patrones de actividad cerebral, es decir, tienen un cerebro diferente. Sin embargo, Anderson -basándose en su experiencia personal- fue quien hizo esta investigación, junto con un equipo de la Universidad de Wisconsin-Stout, con la ayuda y participación de sus profesores y compañeros. El objetivo de la investigación fue saber si se podía ver un cambio en la actividad cerebral después de un período más corto de meditación en comparación con los monjes budistas.

Se utilizó un electroencefalograma

Al comienzo del estudio, a cada participante se le administro un estudio de EEG (electroencefalográfico). Este estudio es una medición de la actividad bioeléctrica del cerebro.
Antes de administrar la evaluación de EEG se les dio a los participantes la siguiente consigna: "Relájese con los ojos cerrados, y centre su atención en la punta de su nariz y sienta el flujo de la respiración. Si surgiese un pensamiento aleatorio, sólo reconózcalo como pensamiento y después simplemente -en forma suave- lleve su atención hacia el flujo de su respiración. "



Sobre el entrenamiento en meditación de los voluntarios

Para la investigación se armaron dos grupos, es decir, el grupo que iba a meditar y el grupo control. Al grupo de meditadores (compuesto por 11 sujetos), se los entrenó con dos prácticas de meditación por día de una duración de treinta minutos cada sesión, más la libertad de practicar lo que deseasen entre sesión y sesión. En cambio, al grupo control, compuesto de 10 voluntarios, se les dijo que más tarde se les darían las instrucciones para la iniciación en la práctica de meditación.

Sobre el EEG luego de la práctica de meditación

Al finalizar la quinta semana, se les administró nuevamente a los voluntarios el estudio de EEG. El grupo de meditadores, aunque tan sólo practicaron éste poco tiempo, mostraron cambios en su activación cerebral bioeléctrica. La misma, era diferente a la de los 10 voluntarios del grupo control. Las personas que se entrenaron en la meditación tuvieron mayor activación de la zona prefrontal izquierda, en respuesta a cómo se utilizó la atención cognitiva para la práctica de meditación. Por otra parte, y en otras investigaciones, se ha demostrado que esa zona cerebral que se activa con mayor intensidad en los voluntarios meditadores, es una zona relacionada con estados emocionales positivos.


La meditación influencia la bioelectricidad cerebral en poco tiempo

Christopher Moyer, co-autor de la investigación junto a Jane Anderson, dijo que el cambio de actividad cerebral era evidente en los meditadores. Y sugirió a todas las personas que no se necesita un riguroso entrenamiento para lograr éstos cambios. No requiere de ningún compromiso sobre-humano para poder modificar los patrones de electricidad cerebral. Y finaliza diciendo que “Practicar meditación no hace ningún daño, pero sí muchos beneficios”.



Finalmente, Jane Anderson, sugiere que a partir de éstos descubrimientos, la practica de la meditación podría implicar un cambio profundo en cómo percibimos la vida y la realidad.

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Si quieres aprender alguna técnica para cambiar en rápidamente tu bioelectricidad cerebral, escribe a:
mindfulnesspilar@gmail.com

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